En un partido de fútbol encuentras a tu mujer, en la otra portería. En un desayuno, los méritos que te hacen ganar una oposición. En una paquetería italiana, el cordón que cada mañana ves en tu coche. En la letra A, tu coche, un coche, uno cualquiera. En el Petrarca, este verso: veggio il meglio et al peggio m´appiglio. En Eurípides, este verso: veggio il meglio et al peggio m´appiglio. En Ovidio, a Peleo, que la llenó de Aquiles. Entre las encinas, la bellota.
(c) El cuentacuentos
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