Casi (Utrera I)
En Utrera, en un bar de hombres, entra una mujer de unos cuarenta años y pregunta: "¿La máquina de tabaco no funciona?" "Pues no, señora... O señorita", le contesta con sorna un parroquiano con su cigarro pegado a los labios, sin asomo de invitarla a fumar.
Ella se marcha. Ninguna mujer volverá a pisar el bar, que cerrará dos meses después por una discusión de juego que hace que los asiduos se disgreguen. Algunas amistades no volverán a reunirse. En su lugar, al año, se abrirá un bar de copas. En los lavabos se encontrarán preservativos usados cada domingo por la mañana.
Quizá alguna pareja sea portada de los diarios: "Mata a su novia y después se..."
(c) El cuentacuentos
En Utrera, en un bar de hombres, entra una mujer de unos cuarenta años y pregunta: "¿La máquina de tabaco no funciona?" "Pues no, señora... O señorita", le contesta con sorna un parroquiano con su cigarro pegado a los labios, sin asomo de invitarla a fumar.
Ella se marcha. Ninguna mujer volverá a pisar el bar, que cerrará dos meses después por una discusión de juego que hace que los asiduos se disgreguen. Algunas amistades no volverán a reunirse. En su lugar, al año, se abrirá un bar de copas. En los lavabos se encontrarán preservativos usados cada domingo por la mañana.
Quizá alguna pareja sea portada de los diarios: "Mata a su novia y después se..."
(c) El cuentacuentos
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