Hoy, que estoy pachucho y no tengo ganas de enfrentarme a Dante, a cuya Comedia me estoy dedicando este mes de febrero, he decidido poner un poco de orden en mis papelotes. Y así, he encontrado algunos textos que tenía olvidados desde hace años, como el poema que copié antes o el relato Mentira.
¡Mentira! es un cuento que escribí al poco de acabar una novela de tema de formación de tema fantástico (a la que aun hoy en día sigo sin saber cómo titular) que debió coincidir con mis últimos años en la facultad. Recuerdo haber escrito algún capítulo en clase. Con ¡Mentira! me sucedió que no pude dejar los personajes, que aun no siendo ni Raskolnikov ni Gregor Samsa, me subyugaron y me pasó un poco como a Flaubert con Madame Bovary ("Madame Bovary soy yo", dijo). Así es que como no podía quitarmelos de la cabeza, decidí escribir sobre la frustración y la falta de sinceridad utilizándolos.
Este cuento, además, creí que estaba totalmente perdido en el disco duro de un ordenador estropeado, pero resulta que conservaba un primer manuscrito del que he podido hacer una revisión. Qué bueno es escribir en papel...
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