A veces cuando el tiempo es escaso y las preocupaciones parecen verdaderamente serias sucede que aunque uno no quiera, los seres de energía pura que aún existen por aquí o por allá lo arrastran por el barro de lo sublime. Durante diez minutos o varias horas. Porque los seres de energía pura existen. Son pocos, pero todos los conocemos.
PJ Harvey es un ser de leyenda. Puede cantar lo que sea, puede elevarse a si misma a icono de su camiseta, puede ser la dama de un daguerrotipo, una Billie Halliday de club de jazz, una tecno-iluminada necia, una hija de Elvis, una Vagina Rugiente de 15 metros, una Ofelia desmaquillada, un maelstrom de Poe que mira y canta sola, con sonrisa sarcástica, Firebird atronadora, falda tan pequeña como las dudas, botas de tacones y sostén, y ya está, ante cien mil fieles.
Si tenéis dos horas, bucead por Youtube. Si tenéis medio billete, compraos sus discos.
PJ Harvey es un ser de leyenda. Puede cantar lo que sea, puede elevarse a si misma a icono de su camiseta, puede ser la dama de un daguerrotipo, una Billie Halliday de club de jazz, una tecno-iluminada necia, una hija de Elvis, una Vagina Rugiente de 15 metros, una Ofelia desmaquillada, un maelstrom de Poe que mira y canta sola, con sonrisa sarcástica, Firebird atronadora, falda tan pequeña como las dudas, botas de tacones y sostén, y ya está, ante cien mil fieles.
Si tenéis dos horas, bucead por Youtube. Si tenéis medio billete, compraos sus discos.
1 comentario:
Hace poco la pude escuchar por primera vez pinchada en un bar, uno con nombre de festival clásico, precisamente en tu ciudad.
Una grata sorpresa.
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