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Sus comentarios serán bienvenidos, aunque sean puñeteros. La anciana siempre lo será más, descuide.
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2 comentarios:
Son cosas de la ancianidad.
Ahora que el tiempo ha hecho estragos tangibles,
que ningún oropel ha dejado huella,
que los montones de polvo son las señales ciertas
del esfuerzo continuo de la carcoma de la madera,
te quedan sólo las plácidas horas
detrás del balcón, mirando los tilos,
y tu dependencia estrecha del tiempo
y de la memoria.
Salud
Francesc Cornadó
¡Cojones!
Me despierto un domingo con algo menos del constipado de Sísifo (que ahora mi médico llama rinitis estacional), el sol y mi mujer alumbran una mañana de domingo que aunque no haya sabido a resaca de rock and roll castellonés (véase www.sixtiesrockweekend.com, y disúlpese el prosaico e hiperenlazante paréntesis) y sí a acetilcisteína y a pastillas después del café aún es bella y magnífica y entonces...
entonces
me encuentro con un poema como comentario en una entrada.
¡Muchas gracias, de corazón, señor Cornadó!
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