Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

jueves, 17 de junio de 2010

Imelda May, una cinta que me copió un amigo del primo de la hermana de Pablo, el de...

No recuerdo exactamente cómo... ¡Ah, sí! Esta mujer hace milagros con mi mente. Fue ansiando una entrada de un festival que no pude comprar por una razón tan ínfima como que trabajo ese día. Ojalá tuviera menos miedo o menos ética.

El caso es que no la veré en directo, pero al menos compré su disco. Y es precioso. Tiene dos. El otro cuando me canse de este. Odio las discografías de internet que se liquidan tras escuchar veinte segundos de una canción al azar. ¡Qué cretinos nos hemos vuelto! ¿Alguien recuerda cuando los discos se conseguían pasando una cinta a un amigo que tenía un amigo que conocía a alguien que tenía ese álbum? ¿Y cuando se encargaban al fabricante de felicidad que era el dueño de la tienda de discos? ¿Alguien pasó una tarde charlando con el dueño de la tienda mientras éste le ponía discos de la Velvet, de los Who, de los Supersuckers? Oh Mayhem! Du du du! Aye Mayhem! Du du du!

¿Me lo he inventado yo todo? La anciana se ríe sola ahí en el fondo del cuarto...




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