¡Gracias, Imelda!
Por un concierto enorme; por dejarte la voz y no la sonrisa, y seguir cantando; por traernos a casa a esos enormes músicos (vaya contrabajista, y vaya guitarrista, por decir dos); por...
... hacernos oír a Cat Club por primera vez (¡buena banda!); por pegarle duro a la pandereta con esas caderas; por hacer que a la señora Cuentacuentos y a mí nos guste el gospel; por irte con el psycho y por ser un auténtico mayhem en el escenario.
Gracias.
(c) de las fotos El cuentacuentos
Más información en esta estupenda web, en una buena crítica de Jorge Salas con fotos de Susana Argudo.
Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más
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