Es un cuento que escribí hace ya muchos años, acabando la carrera. Me sirvió para aprender, de una vez por todas, que original no es sinónimo de bueno.
Ahora repetid conmigo... ¡Viva Blade Runner! ¡Viva!¡Viva La isla a mediodía! ¡Viva!
La verdad es que es uno de los pocos textos con los que me siento contento con su resultado. Que os guste.
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