Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

jueves, 28 de abril de 2011

Galería de pinturas de Oscar Olarte

Aquí dejo la dirección de la Galería de pinturas de Oscar Olarte, seguidor de este blog. He pinchado en su página, para echar un vistazo por allá, y me ha gustado bastante lo que he visto. No voy a poner ninguna imagen por acá, porque no he pedido permisos, pero podéis ver su obra en la galería de arte virtual Artelista.com, por lo que os recomiendo que pinchéis en el enlace de arriba.

Especialmente, me han gustado "El pliegue", "Flying? No", "Le rêve d´un fou" y la serie abstracta de "Taches".




miércoles, 27 de abril de 2011

Mike Ness, Johnny "Two Bags" (Social Distortion) y Lorenzo de Medici

¿Para qué hablar? Que hablen ellos (entre sí) con su poesía. Y que nos contesten algo.

Reach for the sky





When I was young I was invincible
I found myself not thinking twice
I never thought about no future
It's just a roll of the dice

But the day may come when you got something to lose
And just when you think you're done paying dues
You say to yourself "Dear, God What have I Done?"
And hope its not too late cause tomorrow may never come

Reach for the sky cause tomorrow may never come
Reach for the sky cause tomorrow may never come

Yesterday is history
And tomorrow is a mystery
But baby right now,
It's just about you and me

You can run you can hide
Just like Bonnie and Clyde
Reach for the sky
ain't never gonna die
And I thank the Lord for the love that I have found
And hold you tight cause tomorrow may never come

Reach for the sky cause tomorrow may never come
Reach for the sky cause tomorrow may never come

So if you please take this moment
Try if you can to make it last
Don't think about no future
And just forget about the past
And make it last






Quant'è bella giovinezza






Quant’è bella giovinezza    
che si fugge tuttavia!
Chi vuol esser lieto, sia:
di doman non c’è certezza.

Quest’è Bacco e Arianna
belli, e l’un dell’altro ardenti:
perché ‘l tempo fugge e inganna,
sempre insieme stan contenti.

Queste ninfe ed altre genti
sono allegre tuttavia.
Chi vuol esser lieto, sia:
di doman non c’è certezza.

Questi lieti satiretti,
delle ninfe innamorati,
per caverne e per boschetti
han lor posto cento agguati;

or da Bacco riscaldati,
ballon, salton tuttavia.
Chi vuol esser lieto, sia:
di doman non c’è certezza.

Queste ninfe anche hanno caro
da lor esser ingannate:
non può fare a Amor riparo,
se non gente rozze e ingrate:

ora insieme mescolate
suonon, canton tuttavia.
Chi vuol esser lieto, sia:
di doman non c’è certezza.



Nota: esta traducción es un crimen, no es poesía ni pretende serlo, meramente sirve para saciar la curiosidad de quienes no sepan italiano y deseen saber de qué trata el poema. El problema es que la poesía es casi siempre menos palabra que músicas. En una buena traducción se crean nuevas músicas; en una mala, como esta, se pierden o se crean ruidos.


Qué bella es la juventud / que sin embargo huye / Quien quiera alegrarse, hágalo / del mañana no hay certidumbre.

Estos son Baco y Ariadna / bellos y enardecidos cada uno del otro / Poruqe el tiempo huye y engaña / juntos siempre están contentos.

Estas ninfas y demás gentes / están alegres, sin embargo. /  Quien quiera alegrarse, hágalo / del mañana no hay certidumbre.

Estos alegres satirillos / enamorados de las ninfas / por cuevas y por bosquecillos / han colocado cientos de trampas.

Y por Baco enardecidos / bailan y saltan sin embargo. / Quien quiera alegrarse, hágalo / del mañana no hay certidumbre.

Estas ninfas incluso aprecian / ser engañadas por ellos: / no puede esconderse de Amor / nadie salvo gente bruta e ingrata.

ahora juntos, mezclados / tocan, cantan no obstante. / Quien quiera alegrarse, hágalo / del mañana no hay certidumbre.

jueves, 21 de abril de 2011

XXIX Salón del Cómic de Barcelona

(Dedicado a José, buen amigo, nuevo seguidor, enorme amante de los comics.)



Decidí hace unas semanas ir al Salón del Cómic de Barcelona. En los tiempos heroicos mis amigos habían estado allí y habían regresado con enormes ojeras, enormes sonrisas y enormes bolsas de cómics y de otros estúpidos y entrañables fetiches de merchandising, entre los cuales uno de ellos aún cuelga del retrovisor de mi coche (una figurita de Anna Williams, personaje de la saga de videojuegos de lucha Tekken, en pose sensual).

Exteriores Salón del cómic


Así es que, con la ayuda logística de la Sra. Cuentacuentos, el tren y la habitación de hotel (es un decir lo de hotel) fueron alquilados. Un madrugón, unas pocas horas de tren -estupendo Euromed, que en ida y vuelta baja un poco de precio, aunque siga algo caro-, un poquito de metro hasta llegar a la parte alta de la Rambla y, con las mismas, más metro hasta el recinto ferial de Barcelona. Y a la salida, Naruto leyendo cogido a la baranda de la escalera mecánica. Poco después, y en general a lo largo del día, muchos más disfraces, muchísimos más.

Stands

Lo primero que quisimos hacer fue, lógicamente, dar un vistazo general y aprender a dominar el entorno, que es lo que se suele hacer en los casos en los que uno se enfrenta a una vasta realidad nueva. Esa era la idea, pero lo primero que supimos fue que con la entrada, regalaban un cómic. Así es que, los dos primeros cayeron sólo con canjear el ticket: uno de Blake y Mortimer y otro de Blueberry. La cosa pintaba excelentemente bien.

Así es que, lejos de poder imponer la cordura y el orden, nos encontramos de golpe con una galería de originales sobre el tema de "El gato en el cómic"... Da gusto ver cómo los dibujantes resuelven con absoluta limpieza la tarea de llevar las ideas del guionista -y las suyas propias- al papel. Para quien no lo sepa, los originales son bastante más grandes que el tamaño definitivo del cómic, publicado de manera que las tareas de dibujar y colorear resultan más sencillas, y los errores se perciben bastante menos al reducir esos originales, en la imprenta, a un tamaño bastante menor. Pues ni más ni menos que Garfield haraganeando, que Catwoman rompiendo a patadas la nariz a algún sicario prescindible, que la Gata Negra (no vi a Gata Sombra, pero eso ya era más metafórico, puesto que este personaje de cómic no tiene nada de felino salvo el nombre) tonteando con Spiderman, que Doraemon (creo, no sé si me equivoco), que Blacksad, el maravilloso gato (antropomórfico) detective privado, etc.

(Todas las imágenes de la entrada se pueden ver a buen tamaño pinchando en ellas. No os dejéis los ojos.)



Original de Garfield

Originales manga
(Doraemon)

Originales Catwoman 1

Originales Catwoman 2
(Catwoman conduciendo con su látigo a Batman)

Original Blacksad
(Blacksad, cómic noir protagonizado por animales con forma humana)

Original David B 2
(David Beauchard, o David B, uno de mis autores favoritos)

Detalle indicaciones de hojas para originales

(Es curioso, además, ver cómo cada editora tiene su hoja estándar que reparte a los dibujantes para que hagan allí su dibujo, con sus especificaciones precisas)



Una de las cosas que más chocaba, ya desde la salida del metro, habían sido los disfraces. Los disfraces son algo muy apreciado entre parte de los aficionados al cómic -sobre todo los más jóvenes y/o desprejuiciados-; en general, se veía que los que se disfrazaban, que eran muchos, se lo estaban pasando de lo lindo. (Salvo, quizá, una pobre que estaba dentro de un stand y a la que o quiso o le tocó disfrazarse de personaje de Avatar, que al final ya no quería ni hacerse fotos con los asistentes ni nada, imaginad todo el día en bikini en un lugar cerrado...)

Maquillaje y disfraz Zombi



Algunos patrocinados, otros hechos artesanalmente por las personas que los visten, dieron mucho colorido al ambiente. ¡Sobresaliente la patrulla imperial de La Guerra de las Galaxias, que vimos al cuarto de hora de haber entrado al recinto!




Como dije, tras cobrar nuestras dos primeras presas, marchamos hacia el objetivo de conformarnos una idea general. Y era la siguiente: en el cuerpo central estaban los stands de tiendas y editoriales, que vendían sobre todo cómics, pero también otros objetos, como

- originales carísimos (una preciosa portada de Bernet, dibujante de Torpedo y de Clara de Noche a 500€, por ejemplo)
-figuritas de distintos tamaños que representan a personajes de cómic
- camisetas sobre el mundo del cómic
-tazas, cojines y monederos sobre personajes de cómic
-DVDs y Blurays de anime (dibujos animados manga). Destaco aquí el stand del Studio Ghibli, que firma obras maestras como La princesa Mononoke, Porco Rosso, Mi vecino Totoro, El viaje de Chihiro, etc.
-etc.


Y en los lados, otras secciones (juegos a la izquierda, escenario musical a la derecha).

Chapas de Totoro y de la Patrulla X
Chapas de Totoro y de la Patrulla X

La verdad es que el merchandising (objetos secundarios de venta relacionados con un objeto principal y más importante, como puede ser un cómic, una película, etc.) llegaba a alturas increíbles. ¡En una de estas, un ataque de consumismo irracional casi me hace traerme una Ms Marvel a tamaño real!

Mi vecino Totoro, merchandising
(No es Ms Marvel, ya, pero también tiene gracia, ¿no?)

A lo mejor una persona que viniera de nuevas a un evento como el Salón del Cómic podría preguntarse por qué había un stand dedicado casi únicamente a camisetas de World of Warcraft, un videojuego masivo en red medieval-fantástico, si no es directamente un cómic, o por qué se venden también videojuegos... Bien, las razones son variadas, desde las más directas (por ejemplo, que de los personajes de cómic más famosos se suelen hacer videojuegos y viceversa) hasta otras de tipo sociológico (que a las mismas personas que les gustan los cómics también les gustan los videojuegos, las películas y las novelas de los géneros fantástico, superheroico y de ciencia ficción). De hecho, tanto ellos mismos como la sociedad ha dado en llamarlos friquis o frikis, del inglés freakie, procedente a su vez de freak. Es curioso como ahora una persona puede decir de sí o de otra, con cierto orgullo, que es friki cuando esto viene de un adjetivo que significa extraño, monstruoso (como, por ejemplo, en la película La parada de los monstruos, de Tod Browning en 1932, llamada en inglés simplemente Freaks). A mí, la verdad es que no me gustan nada ni esta palabra, ni el concepto, ni tampoco la idea de que las personas sean marginadas o incluso que se automarginen (o una mezcla de ambas). Hay que poder decir con orgullo y humildad que a uno le gustan los comics y los videojuegos, tanto a otro amante de los videojuegos como a las personas más supuestamente serias. Pero cada uno como desee... Yo vuelvo al Salón.


Eran las tres y aún no habíamos parado, y la comida la habíamos hecho de sandwiches sobre la marcha.; había dos zonas habilitadas para comer, pero no teníamos tiempo que perder en nimiedades... Los cómic que se podían conseguir eran de todos los tipos. Había tiendas y editoriales especializadas en manga, en cómic europeo y en cómic americano, tanto de superhéroes como underground. Allí se podían encontrar novedades, cómics sin traducir (en inglés y creo recordar que también en japonés), cómic de tapa dura, más caros, números sueltos (y algunos antiguos) de todas las series, etc. En muchas tiendas hacían ofertas interesantes. Yo, por ejemplo, compré el Arma X de Barry Windsor-Smith a 12€ cuando su precio es de 16€.

Stand Salón del Cómic




Por haber, había incluso una tienda de videojuegos antiguos y de coleccionista (Kenpachi, de Murcia) y un puesto de gofres donde dos fuentes a 90ºC generaban una increíble cascada de chocolate. Eso también era un espectáculo para los sentidos.



Uno de los grandes atractivos para los encuentros de este tipo, en la era de Internet en que todo puede conseguirse con una cuenta de PayPal (y dinero en la cuenta) es la presencia de autores. Daba gusto ver cómo la gente se encontraba con sus autores y les decía "te vi en... y me firmaste..." o "me encantó... pero los siguientes no me gustaron mucho". Como todo, tendría sus momentos buenos y malos (fans comprensivos y fans pesados), pero para los que íbamos allí, era impresionante ver a mitos del cómic de carne y hueso.

El gran Ibáñez firmando a un fan
El gran Ibáñez. Una cola de más de doscientas personas.



Apenas a las dos horas de estar allí, nos sucedió a Ms. Cuentacuentos y a mí que vimos a un tipo ¡pintando en acuarela las contraportadas de los comics! El chico que atendía el stand nos vendió fenomenalmente bien el Simbad de Arleston, Alwett y Alary, que era el cómic que estaban promocionando: largo relativamente económico y con la posibilidad de llevarme a casa un original de este autor en la contraportada... La carne es débil. Tuvimos, no obstante, un problemilla, que fue que llegamos 15 minutos después de acabar la hora de firmas. Recién pagado el cómic, Alary y la agente de la editorial nos dicen que no hay más firmas... ¡Cagüenlaleche! Nos enfadamos, nos enrabietamos y en cierto momento se me ocurrió aquello de que hablando se entiende la gente. "¿Firma por la tarde Alary?". "Sí, a las 18:30.". "Ponnos los primeros en la cola, que no nos quedemos con mal sabor de boca..." El hombre se portó estupendo, nos guardó el sitio y a las seis allí que estuvimos. Un poco a traición, le grabamos un vídeo.



15 minutos pintando. Muy bueno. Un tesorito que se vino a casa.



Los autores llevaban a cabo diferentes tareas en el Salón del Cómic. La más básica era firmar (los guionistas) y dibujar (los dibujantes), pero también daban clases magistrales sobre creación de cómic. Los editores de las grandes (Planeta, Panini, Norma, etc.) hicieron presentaciones de próximos lanzamientos. ¿Algunos autores famosos? Pues sí... Eddie Campbell (From Hell), Brian Azzarello (100 balas), Kurt Busiek (Astro City), etc. Por mencionar sólo algunos autores anglosajones. La lista era enorme.




El Salón del Cómic, tenía, a la derecha, un ala enorme dedicada al tema de los zombis. Contaba con stands de fanzines, con una galería de originales y con un escenario para que tocaran algunos grupos. Entre ellos, pude ver a las siete y media al grupo surf Los Tiki Phantoms (para quien no lo sepa, el surf es un género musical que podría entenderse como rock and roll instrumental, sin voz), que dieron un concierto accidentado y con sonido regular -la batería se oía poco y mal-, pero muy divertido.



También había otras dos secciones de originales dedicadas al golpe de estado del 23-F y a Tarzán, pero al interesarme menos y disponer sólo de un día, no las pude revisar en profundidad.

¿Hablé de zombis? El cuarto -y para mí que más importante- núcleo temático del Salón del Cómic fue el Zombi. (O más bien, los zombis en plural: siempre aparecen en masa.) El éxito del cómic The Dead Walking y su conversión a serie de televisión ha motivado este auge de los muertos vivientes, que están gustando igual a cinéfilos palomiteros que a poetas posmodernos (aquí, una cita del blog Un mundo flotante sobre los zombis). De este modo, las actuaciones musicales tenían que ver con los muertos que no están tan muertos y además había otras actividades relacionadas con ellos, como una galería de originales.

Original Vampirella y los zombis

Original Enjuto Mojamuto Zombi, de Joaquín Reyes

Original Cobi Zombi

Original Clara de noche y los Zombis



Y, además de todas estas magníficas imágenes, de vez en cuando por el salón se veían personas disfrazadas de zombis, pues había un taller de maquillaje zombi donde, mezclando látex con papel y con otros materiales -y pintando por encima, creaban unas heridas y pústulas de lo más repugnante. Una delicia para los zombi-adictos.

Mauillaje y disfracez Zombi 2 cara borrada
(He borrado la cara del chico que posó con los zombis porque no sé quien es y por tanto no tengo su permiso para subir fotos en que aparezca él; el resto creo que están bastante irreconocibles.)

Maquillaje Zombi (detalle)


El núcleo del Salón del Cómic, como toda actividad comercial, era (y es) la promoción y la venta de cómics. En el recinto ferial, bastante grande, por cierto, de las tres áreas comentadas, en la de la izquierda, de la que aún no he dicho una palabra, había juegos de mesa, juegos coleccionables y otros contenidos de la editorial Devir, distribuidora de juegos de cartas coleccionables como Magic the Gathering y Yu-Gi-Oh y juegos de tablero como Marvel héroes o La Edad de Conan. De todos estos juegos, es sin duda Magic: the Gathering el que más jugadores tiene y el que más impacto a nivel general ha causado, aunque los demás (incluido el reciente juego de cartas de factura nacional Águila Roja, sobre la serie de televisión) también tienen sus seguidores.

A las nueve, tras comprar agónicamente unos últimos ejemplares de la Patrulla X de rebuscada numeración, -pues éste es uno de los problemas del coleccionismo-, en concreto el paso contiguo de un número 145 a un número 6 por cambio de editorial, que con suerte un simpático aficionado a los cómics nos explicó, abandonamos el lugar camino del hotel. En unos años, volveremos.







Para quien quiera más información, en esta página de RTVE.ES hay muchas entrevistas con autores.



Nota: esta entrada contiene fotos cuyos originales tienen copyright. La reproducción de las fotografías en esta web no tiene fines lucrativos, pero si algún autor o editorial desea que se retiren, cumpliré su voluntad lo antes posible.

jueves, 14 de abril de 2011

La adicción de Tetsuo

La adicción de Tetsuo

No me gusta, pero tomo el café porque la vida se me hace más larga de lo que mis rodillas de viejo maratonista me permiten. Entonces el día me exige una dosis mayor, y apenas dos horas después, me tomo un té, porque otro (café) me mataría el sueño. Con el segundo (té), aporreo las teclas del ordenador como Jerry Lee Lewis las de su piano. (Al menos, uno de los dos con gracia.) Poco después asalto la nevera en busca de chocolate. Salvo caliente y líquido, no es relajante sino todo lo contrario. Podría gritar como Tetsuo –en Akira-, y arrasar toda Murcia.

Antes de dormir, una taza de InfuRelax (hierba luisa, melisa, tila y valeriana)… Adictos. Al final no somos más que adictos de la fiebre, de nuestra idea de la fiebre.




(c) El cuentacuentos.

martes, 12 de abril de 2011

Otra más de Robert Walser. Pronto, reseñas

Cuando he leído a Walser he sentido la potencia de la ambigüedad y la duda como nunca me ha sucedido: ¿es cómico o no? ¿Es misógino o no? ¿Es autobiográfico o no? ¿Está defendiendo al hombre o a la tribu de los hombres? Con Robert no lo sabes, nunca lo sabes: puede disfrutar lo esencial y recrearse en los detalles y puede, con una enorme facilidad, abrazar la fe del sí y confesarse militante del no. Robert Walser.




Final de jornada

Final de jornada

Después de la reunión has tardado en dejar la Sala de Juntas. Has mirado sin mirar a izquierda y derecha, aunque preguntada en ese instante no supieras decir quién quedaba aún en el cuarto. Te has alisado la falda y, distraída, has aplanado tu media melena lacia. Ya tenías el cabello graso, y bajo tus ojos brillaban las ojeras con el color de las noches acortadas. Has llevado tu inane carpeta a tu pecho exhausto. Y te has marchado en la convicción de que no has dejado huella de tu ausencia.



(c) El cuentacuentos




sábado, 9 de abril de 2011

Unidad en ella, de Vicente Aleixandre en La destrucción o el amor

Un hermoso poema que siempre me ha gustado, desde que lo leí en el instituto. Un canto al amor que duele, que quema, que rompe y que abrasa y que pese a todo une y no disgrega.


UNIDAD EN ELLA
Cuerpo feliz que fluye entre mis manos,
rostro amado donde contemplo el mundo,
donde graciosos pájaros se copian fugitivos,
volando a la región donde nada se olvida.

Tu forma externa, diamante o rubí duro,
brillo de un sol que entre mis manos deslumbra,
cráter que me convoca con su música íntima, con esa
indescifrable llamada de tus dientes.

Muero porque me arrojo, porque quiero morir,
porque quiero vivir en el fuego, porque este aire de fuera
no es mío, sino el caliente aliento
que si me acerco quema y dora mis labios desde un fondo.

Deja, deja que mire, teñido del amor,
enrojecido el rostro por tu purpúrea vida,
deja que mire el hondo clamor de tus entrañas
donde muero y renuncio a vivir para siempre.

Quiero amor o la muerte, quiero morir del todo,
quiero ser tú, tu sangre, esa lava rugiente
que regando encerrada bellos miembros extremos
siente así los hermosos límites de la vida.

Este beso en tus labios como una lenta espina,
como un mar que voló hecho un espejo,
como el brillo de un ala,
es todavía unas manos, un repasar de tu crujiente pelo,
un crepitar de la luz vengadora,
luz o espada mortal que sobre mi cuello amenaza,
pero que nunca podrá destruir la unidad de este mundo.




miércoles, 6 de abril de 2011

Weezer. My name is Jonas. La superación

¿Con cada disco que sacaron, los californianos Weezer se superaron? No, en realidad no. ¿Por qué titular la entrada "La superación", pues? A veces la música y todo el arte no tiene que ver con el mirarse el ombligo más o menos justificado del artista que la crea sino, como vimos y leímos en El cartero y Pablo Neruda, con el que la lee, la disfruta y la usa. En ese sentido lo titulo así.



Hay canciones de Weezer mejores y peores que ésta, our political song, como le decían a Paco Pérez Bryan en De 4 a 3 (aquel programa de los sábados de Radio 3 a mitad de los noventa); hay incluso otras con más peso en el mismo disco, pero es la que me gusta y la que me trae a la memoria tantas cosas.



Hoy me la ha recordado el bueno de Ángel Carmona en Hoy empieza todo, de Radio 3 también. Si alguien podia no estar despierto a esa hora, enhorabuena. Ha sido mi habitual desgracia, hoy suerte.




My name is Jonas
I'm carrying the wheel
Thanks for all you've shown us
But this is how we feel
Come sit next to me
Pour yourself some tea
Just like grandma made
When we couldn't find sleep
Things were better then
Once but never again
We've all left the den
Let me tell you 'bout it

The choo-choo train left right on time
A ticket costs only your mind
The driver said, 'Hey man, we go all the way'
Of course we were willing to pay

My name is Wepeel
I gotta box full of your toys
They're fresh out of batteries
But they're still makin' noise (makin' noise)
Tell me what to do
Now the tank is dry
Now this wheel is flat
And you know what else?
Guess what I received
In the mail today
Words of deep concern
From my little brother

The building's not going as he planned
The foreman has injured his hand
The dozer will not clear a path
The driver swears he learned his math

The workers are going home
The workers are going home
The workers are going home
The workers are going home
Yeah!

The workers are going home
The workers are going home
The workers are going home
Yeah! Yeah! Yeah!

My name is Jonas

martes, 5 de abril de 2011

¡Hombre, Juan Antonio!

En media hora nos vemos en el curro. ¡Es un placer encontrarte en la columnita de la derecha!

lunes, 4 de abril de 2011

Ácido sulfúrico, de Amelie Nothomb. ¿Qué es una "novela fácil"?

Una amiga del trabajo me dejó el viernes una breve novela, de no más de ciento cincuenta páginas -alguna menos, seguramente- de una escritora francesa llamada Amelie Nothomb, cuyo nombre me sonaba de las páginas de Babelia, o de Qué Leer o del Cultural o del suplemento literario del ABC, vaya a saber. O de las contraportadas de los libros o de las mesas destacadas de novedades en las librerías o de... Nos entendemos. Se lo agradecí mucho pensando en que era mi segundo libro prestado consecutivo y, si éste resultaba también -y resultó-, iba a ser un cien por cien de éxito. La agonía del lector, como dice J. A. otro compañero del trabajo, es que no podemos leer todo lo que queremos, simplemente porque no tenemos tiempo para ello. Así pues, para cerrar la entrada, mis agradecimientos, I. (y también mis agradecimientos a B. por La fiesta del chivo).

Coincidiendo con la oferta que Anagrama hizo en los quioscos de vender como oferta de lanzamiento Seda, de Alessandro Baricco, junto con Ciudad de cristal de Paul Auster al ridículo precio de 4€, se me ocurrió escribir algo al hilo de ambos. ¿Qué tenían los dos en común? Párrafos breves, capítulos hiperbreves, oraciones breves y una extensión en general breve. Novelas que se leen en una tarde. Algo parecido al género novela corta publicado como novela extensa, con mayor tipo de letra y mayor espaciado.




(Fotografía tomada de la web Punto de encuentro complutense)


Pero primero podemos dar algunos datos sobre Ácido Sulfúrico. Es una novela que ya tiene algunos años, escrita por una autora relativamente joven, de unos cuarenta, y que ya ha publicado cerca de veinte libros. Ácido sulfúrico se sitúa en el género de novelas distópicas, es decir, novelas que construyen un futuro horrible en el que los peores defectos de la actualidad se han desarrollado y crecido hasta hacer la vida difícilmente soportable. Todo el mundo puede recordar 1984, Un mundo feliz, El señor de las moscas o Ensayo sobre la ceguera. Estas novelas se basan en una arquitectura de la imaginación que conduce desde premisas posibles hacia consecuencias escalofriantes para los seres humanos. Los personajes, los espacios y las situaciones que viven, además, suelen tener un marcado carácter simbólico, sobre todo porque ese es el punto de partida del género: hablar sobre la humanidad actual y presente fantaseando sobre la humanidad misma transportada a otro espacio y/o a otro tiempo, en el que alguno de sus condicionantes básicos ha cambiado radicalmente. De este modo, puede tener contactos con la novela fantástica e incluso de ciencia ficción.

En Ácido sulfúrico, desde sus primeras páginas, atendemos a la situación en que derivaríamos si las cadenas de televisión tuvieran tanto poder como para hacer un reality show de un campo de concentración. Las cámaras, a lo 1984, atenderían al patetismo horrible de los instantes de solidaridad, las ejecuciones, etc.
En este ambiente, sin espacios ni tiempos definidos, surgen las individualidades, y su relación proporcionará algunos hermosos momentos que a juicio de quien escribe estas palabrillas no van a llegar a la emoción a causa de las elecciones de "estilo" (es decir, de decisiones de uso de la lengua, de estructuración de contenidos, etc.), seguramente conscientes, de la autora.

En Ácido sulfúrico encontramos muy pocos personajes, al igual que hay pocas palabras y pocas páginas. Poco es la palabra clave de esta novela. Ahora bien, y entendiendo que no es sino una decisión consciente, ¿la depuración tan profunda, la eliminación de todo lo supletorio a la acción y a la reflexión y de todos los párrafos dedicados a describir, ambientar -apenas hay descripciones en esta novela- o matizar, cumple su cometido artísticamente hablando?

La novela a mí no me ha llegado a emocionar porque los personajes me han resultado ideas andantes. Cada uno representa es una abstracción disfrazada, es símbolo de algo, y a excepción de la protagonista y de su rival, los demás son planos -no en sentido peyorativo, pero es cierto que se definen con un solo concepto. El esquematismo no nos permite identificarnos con los personajes. El teatro de Bertolt Brecht ya empezó a experimentar con los "efectos de extrañamiento" que hacían que los espectadores teatrales se mantuvieran a una distancia ideológica que les permitiera ser analíticos, críticos; pero Arturo Ui o Madre Coraje no son personajes planos.

Para mí una novela es un género de ficción principalmente. Debe contener un diálogo de ideas del autor/a conmigo, que la leo, y éste no debe ser excesivo, ni tampoco inexistente. Las novelas cien por cien entretenimiento no me dicen nada, y las que, como esta, son ochenta por ciento ideología, también me rechinan. No voy a negar que he pasado algunas horas buenas leyendo algunas frases verdaderamente chocantes, y que el destino de los desgraciados "concursantes" del programa pero tampoco voy a negar que en Ácido sulfúrico también, para mí, hay algo de libro de proclamas, en ocasiones inverosímil, que tumba la ficción. Si Ácido sulfúrico hubiera tenido cien páginas más contando lo mismo, me habría gustado más. Pero entonces no sería Ácido sulfúrico, es evidente. ¿Defecto o virtud? Cuestión de gustos.

¿Tiene que ver esta radical brevedad en la expresión con el alto ritmo de publicaciones de la autora? Vaya, es ser malo pensar eso. Yo creo sinceramente que no, pues leyendo sus páginas, la expresión justa, el adjetivo justo y el nombre justo son los que se aparecen al narrador casi siempre. Esto es una laboriosísima tarea de destilación, y quien ha escrito -mejor o peor- sabe que quitar es casi más difícil que poner.


Y por último, esas palabras sobre Seda. Me recordó la novela de la Nothomb a Seda porque el año que la leí fue el de oposiciones, estudiando y trabajando y viviendo solo. Con ese magro caudal de tiempo libre, pude sacarla de la biblioteca y devolverla al día siguiente ya leída. ¿Cómo fue posible? Porque quien haya leído Seda estará de acuerdo conmigo en que es fácil de leer. Y ojo, que no estoy diciendo mala. Me gusta mucho la manera de narrar de Baricco en esa novela, me parece tremendamente logrado -quizá me gustó un poco más que Ácido sulfúrico- y quiero echarle el guante a otras suyas. Pero es un libro de capítulos breves que exige una atención ligera a cambio de un tono poético que puede ser el auténtico protagonista de la narración. Aquí cambiamos tono poético por insobornabilidad moral. Pero el resultado es el mismo: una novela hermosa e interesante de leer que no cambiará demasiado mi vida.

Bienvenido, Óscar

Gracias por tu suscripción. Leeré tu blog (Persona, blog artístico de Oscar Olarte) en cuanto tenga algo más de tiempo. A primera vista promete bastante.

Siéntete libre de opinar y comentar lo que te plazca.

domingo, 3 de abril de 2011

Salir de las trincheras

Comenzaré confesando que mis comienzos en esto de la escritura de diarios tematizados en internet -es decir, de blogs- me atraía al tiempo que me causaba una cierta aprensión. Nunca se sabe, las opiniones vertidas, la palabra esclaviza a quien la pronuncia y deja de ser su amo, etcétera.

Después de varios años de escribir un blog sin fidelidad ninguna por mi parte -he pasado semanas sin escribir para luego hacerlo compulsivamente en pocos días- ni por la de la mayoría de mis tibios lectores -qué se le va a hacer, sinceridad über alles, esto es un recomienzo, nadie dijo que sería simple, qué narices-, probando a escribir mucho y a escribir poco, a escribir variado y a escribir concreto, a ser serio, a usar el humor, a generalizar, a volcar mi persona, despersonalizar, a cambiar a menudo la imagen del blog, plantear encuestas serias y encuestas tontas a los supuestos lectores que tras tres meses sólo recogían dos respuestas, la de mi amigo Pedro (creeloquequieras.blogspot.com) y la mía propia, me planteo hacerlo de otro modo: salir de las trincheras.

Esta nueva relación de mi blog conmigo no me va a dar la victoria -esto es, unos pocos que se aventuren a leer mis cuentos y mis poemas, que es lo que realmente me gustaría que sucediera pero que no sucede nunca porque no tienen fotos de mujeres con grandes pechos ceñidos, o violencia extrema, o de cine y jazz de los años treinta, además de caer en el insoportable vicio de ser más extensos de ocho líneas, vaya coñazo, o, qué sé yo, incluso, incluso, me atrevería hasta a decir esto, que sean cuentos y poemas malos y rematadamente malos- y seguramente no va a cambiar nada. Cuando empecé a escribir un blog mi idea era que hubiese gente que leyera estos cuentos y estos versos. Cabe decir que cumplí al pie de la letra los mandamientos para hacer que un blog tenga un enorme tropel de lectores: escribir y darse a conocer en otros blogs -por fortuna, después de unas cuantas cribas de anunciar servilmente blogs de medio pelo, recobré un poco de amor propio, volví a buscar y los encontré bastante buenos-, buscar portales de blogs y colgar la dirección propia, etc. Lo demás -reseñas, comentarios, noticias- vino luego y secundariamente. El caso es que este blog apenas tiene un mínimo seguimiento. No hay comentarios, ni retroalimentación. El ocioso que esté leyendo estas palabras en lugar de estar haciendo algo mejor debería pensar que no van a él/ella dirigidas, pero esto es como cuando, en clase, me quejo del absentismo: no se puede regañar a la ausencia. A los varios cientos de personas que han entrado en este blog a la entrada de "literatura y cómics" y no han sido capaces de dejar un comentario -breve, un simple gracias como yo hago cuando tomo información de un blog para una clase o para mi interés propio-, sí les puedo decir en voz alta y clara, y con un buen infinitivo -que si no no suena bien-: "iros a la mierda, a la putísima mierda".

(La anciana se ha quedado a gusto.)


Tras días y días de encontrar en esta mezquina realidad que ya no merece la pena la hora de reloj que me pueda costar la redacción de una reseña o las cinco que me pueda llevar un ensayo como el de "mujeres en el rock and roll" si a otro no le merece la pena pasar cinco segundos de su vida en escribir un comentario agradeciendo ese tiempo y esa dedicación, he pensado en copiarme en un archivo de texto los baldíos textos de este fracasado blog y cerrarlo. Pero sería huir, no sé de qué, pero huir, y huir es sólo comenzar a hacerlo. Y no parece un buen camino.

Por tanto, desde hoy se acabaron los lectores-meigas. Empiezo a escribir por y para mí, como no debiera dejar de haber hecho. Habrá algunos cambios de importancia en el blog. Quien quiera, conmigo, quien no, no me interesa. El cuentacuentos deja de ser un cuentacuentas; en realidad, es (soy) Andrés Nortes Martínez-Artero.