Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

sábado, 30 de octubre de 2010

Monsters!

Llega el martes por la tarde. Estoy reventado del trabajo: ha sido una mañana agotadora. Caliento algo de comida que quedaba de la olla de ayer y completo (porque no sale una ración completa) con algo de pan, de embutido y de un buen racimo de uva que me he comprado antes de dejar en casa todos los bártulos.

Caliento, como digo, el plato, hago los malabarismos de cada día para cargarlo todo en la bandeja y echar un solo viaje de la cocina al salón. Miro la lista de películas por ver y decido que una que se llama Monsters! en la que aparecen enormes alienígenas me proporcionará la evasión necesaria para evitar tener que echarme una siesta de la que me suelo despertar con dolor de cabeza. El televisor ya está encendido, pero el cable no hace buen contacto. El guiso se empieza a enfriar. Maldigo a oscuros dioses que me impiden que todo sea perfecto o que nada sea trabajoso. Contacto, por fin. Cojo la cuchara con una mano y el mando con la otra. Empieza la película (no sin antes volver a levantarme y ajustar el volumen).

Y esto es lo que veo.




Cuando acaba la película me doy cuenta de que no he dormitado, de que la mitad del plato está intacta -y el sofrito de habichuelas, debo decir, estaba en su punto- y de que el corazón me late un poco más fuerte. Y no por los monstruos. O habría que aclarar, más bien, no por según qué monstruos.

Una película muy bella. La recomiendo.




domingo, 17 de octubre de 2010

Por qué no me gusta "Canción de Hielo y Fuego"

Bajando por las escaleras de una preciosa cala, mi amigo Jesús/Salvador/Suto y yo, una tarde del final del pasado agosto, charlábamos sobre Canción de Hielo y Fuego, una serie de siete novelas de George R. R. Martin de las que en la actualidad hay -creo- publicadas cuatro.

Mi amigo Piotr, el de -sí, otra vez- Cree lo que quieras, me había primero recomendado y posteriormente regalado el primer tomo de esta serie que de algún modo podríamos llamar saga -por la sucesión generacional de sus personajes- aunque esto no sea lo principal en ella. Quería que dijera qué me había parecido. Y quería que me gustara. Siempre que regalamos algo, queremos que al regalado le guste; y si además es un libro, si lo aprecia es como si nos apreciara a nosotros, porque los libros leídos y queridos son parte de nosotros, y nosotros de ellos.

Pues quiero un montón a mi amigo, pero Canción de Hielo y Fuego no me gustó. Leí el primer volumen completo. Lo leí rápido, es cierto, y en ocasiones leí muchas páginas en un solo día. Al contrario de lo que muchas personas piensan, devorar un libro no lo hace mejor. Hay libros que por su forma, su estructura, su tema o por la elección de palabras que el/la escritor/a y el/la traductor/a se leen a enorme velocidad. Y luego están los mecanismos de intriga, como acabar los capítulos en un clímax -que ahora no sé por qué carajo se le llama cliffhanger, cuando eso ya lo hacían los escritores de los folletines y novelas por entregas del siglo XIX, y el mismo Dostoievski, que no todo lo han inventado los guionistas de las series de TV- o hacerse autobombo intraliterario -por ejemplo, el hecho de que dos personajes comenten nerviosos el resultado de una acción que va a esclarecerse en el capítulo siguiente es un truco del escritor para que el lector se identifique con los nervios de esos dos personajes secundarios y aumente su interés.

Canción de Hielo y Fuego se lee rápido, además, porque no exige mucho del lector. El vocabulario es limitado, las descripciones son breves, los paisajes apenas están esbozados, y la psicología de los personjes -ojo, que esto último no me parece malo- sólo se lleva a término en su propia actuación (en diálogos, o en acciones), no por obra del narrador. Por otra parte, es bastante previsible en muchos casos; en otros, parece que hubiera alguna arista y algún lado oculto en los personajes, pero la insistencia machacona del narador en recordarnos que el personaje es redondo lo vuelve plano. El ejemplo que tomo es que en un porcentaje muy elevado de las veces que el personaje Sandor Clegane entra en escena el narrador le pone cerca a Sansa Stark para decirnos una y otra vez que aun un tipo sucio, deforme, innoble y cruel tiene un lado tierno.

El contenido de la novela es básicamente el impacto que tienen las conspiraciones políticas en personajes de clase alta. Al menos en la primera de las novelas no parecía haber un protagonista único.

Se ha hablado mucho de los capítulos. No es una mala idea, podemos decir que es un acierto, que los capítulos se centren en personajes, pero no nos engañemos: el fragmentarismo es un recurso que el arte ha tomado desde la Edad Media, y mucho más desde comienzos del siglo XX. Después del Ulises de Joyce o de la Rayuela de Cortázar, la novela es de nuevo fragmentaria, no "¡oh, una novela en fragmentos, qué originalidad!" Por otra parte, estos fragmentos tan breves le permiten a George R. R. Martin matar dos pájaros de un tiro: sensibilizarse con lectores poco habituados a mantener la concentración durante más de diez minutos en un mismo texto -aviso, que no todos los lectores de Martin son de este tipo, pero es cierto que una buena cantidad no lee con frecuencia y se le hace cuesta arriba otro tipo de novelas- y aparecer creativo, original y, como reza la publicidad de la contraportada, fluvial. (¿No entendéis esto? ¡Yo tampoco!)

Una perla de esta novela, irónicamente hablando, son los valores que destila, como lo es su exagerado machismo, todo hay que decirlo. Si Canción de Hielo y Fuego transcurre en un mundo inventado, no real, copiar la edad media de nuestro mundo real no es una necesidad para el autor. Si la ha copiado con todo lo malo de esta -el clasismo, el machismo, la verticalidad del poder-, ha sido porque ha querido.

Al final, además, queda una cosa clara: para mí una novela es una obra de arte. Para otra persona puede ser otra cosa distinta, entretenimiento por ejemplo. Para mí una novela, como obra de arte, debe atender a dos cosas importantes: me tiene que transmitir ideas, crear un diálogo con mis pensamientos, que se entresaquen de las palabras del narrador y de sus personajes. La historia relatada me divierte, y eso nunca está mal, pero no es lo único. Para mí debe haber, como digo, un juego de ideas por detrás, ya sean filosóficas, políticas, éticas, etc. Y lo único que veo en Canción... es la creación de la necesidad de un consumismo de historias, no muy distinto a como un publicista actúa con sus productos. Además, el arte es sobre todo forma. No me gusta demasiado cómo está planteada ni llevada a palabras la novela. Aunque tampoco creo que eso importe mucho a su autor.

Para acabar os dejo unas webs a aquellos que sí os haya gustado la novela. Como ha sido un impacto de ventas y de críticas en el minimundo de la ciencia-ficción y la fantasía épica supongo que más seguidores que detractores tendrá. Si sois de los segundos, os pueden gustar las siguientes:

Test de personalidad de Canción de hielo y fuego

Juego de cartas

Entrevista con los creadores de la serie de televisión

jueves, 14 de octubre de 2010

Entre la espada y la pared

Entre la espada y la pared

- Entonces... ¿te quedas? -le preguntó en la fiesta.


(c) El cuentacuentos & Anónimo Moomin




miércoles, 13 de octubre de 2010

Los himnos de Dropkick Murphys

Mientras voy acabando un par de cosillas que quiero subir aquí, para que los buscadores de "Literatura y comics" y "Literatura y videojuegos" lo tengan un poco más difícil para encontrarlos, pincharé aún otra canción.

¿Pero esto es una canción? ¿O un himno?







No... esto es un himno.




(Disculpad la poca calidad del audio. Lo podéis encontrar con más calidad por ejemplo aquí pero es que... un directo en el CBGB...)

... Darcy, Darcy darling dear,
You left me dying, crying there
In whiskey, gin, and pints of beer...

¿Por qué no será siempre así?

lunes, 11 de octubre de 2010

Juventud

- ¿Entonces, maestro, tengo que hacer un trabajo sobre los textos expositivos que trate de la historia de la música punk?

- Eso es. Lo has entendido bien.

-...


(c) El cuentacuentos





martes, 5 de octubre de 2010

Blog Cacahué

Hacía tiempo que engorrosas labores en la universidad no me permitían dedicarle unos minutos a este cuaderno-diario. Hoy voy a escribirlo todo. Espero que nadie se quede fuera.

Y quería recomendaros, a quienes os guste la imagen y su tratamiento o a quienes simplemente queráis disfrutar con fotos que van de lo exquisito a lo exquisitamente horroroso pasando por lo sorprendente y por lo cómico, el blog de uno de mis amigos de toda la vida.

BLOG CACAHUÉ

Tiene muchas imágenes, así es que su carga puede ser una página un poco pesada para algunas conexiones.

Espero que os guste.




Con Abogado ya somos Legión, es decir, ocho

Ocho es un número mágico, pues tumbado es todos los números, y de pie también (aunque sólo en un reloj digital Casio).

Con la venia de la Anciana, que no la Señora Moruga que -si no ando equivocado- tanto usted como yo conocemos, ¡sea bienvenido, sr. Abogado, a esta humilde morada amarilla y azzurra donde encontrará romance y aventura, pasión y reflexión a partes iguales en asombrosos relatos, ingeniosos artículos y amenas músicas para la paz de su alma!




Madre del amor hermoso, qué rabia...

Es lo que me viene diciendo la anciana cada día desde que a los señores de Google se les ocurrió aupar mis entradas sobre los tebeos y sobre los videojuegos.

Desde el momento que esto sucedió, por las imágenes que contienen o por la ausencia de otros textos que traten estos temas, este blog se convirtió de la noche a la mañana en una mera excusa para esos dos artículos. La -egocéntrica, lo sé, quien esté libre de culpa que escriba el primer comentario- visión de las estadísticas de las visitas de la página es demoledora: más del 95% de éstas se refieren a dos artículos objetivos en medio de un blog personal y absolutamente subjetivo (entendiendo por sujeto y no por energúmeno a la anciana).

Aunque hasta hoy la anciana no ha querido mal alguno para sus hijos, empiezo a vislumbrar la rica venganza que supondría eliminarlos...

(Y sí, es una de las razones por las que no escribo tan a menudo como lo hacía antes; la otra, la escasez de comentarios que hace que esto parezca predicar en el desierto -digital-.)