Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

domingo, 26 de mayo de 2013

Discontinuas

Por la vieja calzada caminábamos, ambos en silencio, sin decirnos nada porque no había nada que decirse o porque todo lo importante ya estaba dicho y no era caso de perder tiempo ahora en banalidades. Íbamos por el centro de la calle, la ciudad estaba vacía; no aparecería de repente un pesado en coche a comprar el periódico, ni una ambulancia: teníamos muy controlados los tiempos y los espacios de ese lugar, así es que ni ellos iban a ser objeto de charla. Caminábamos en silencio. Me fijé en que, ampliando la calzada, habían pintado una nueva línea discontinua. En el límite de la ciudad, la calle llevaba a ninguna parte. Ambos caminábamos, y cada uno lo hacía sobre su recta discontinua, ambas paralelas, las líneas que solo en el infinito se juntan, dondequiera que esté eso.




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