Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

jueves, 16 de junio de 2011

Juan José Millás. La viuda incompetente y otros cuentos

Es totalmente arbitrario esto que a continuación voy a escribir, pero la idea que me dan las novelas -y, por lo que veo, también los cuentos- de Juan José Millás es la de un café, un cigarrillo encendido, unas gafas mitad de pasta y mitad de metal, como las que usaba mi abuelo y las que usaban los intelectuales de los años cuarenta. Los mismos que escribían después de Hiroshima y Nagasaki y Mathausen.





(Imagen de www.elpais.com). Edito: no ando demasiado desencaminado, por lo que veo...


Me imagino a Juan José Millás escribiendo en una libreta. No sé si esto es tonto: seguramente lo haga en casa en su ordenador, con un buen procesador de textos que le permita hacer [CTRL-X] [CTRL-V] y reubicar todo. Más, teniendo en cuenta sus muchísimos compromisos profesionales para con el periódico y con su editora, Alfaguara si no recuerdo mal. Me lo imagino en el café-bar con su cigarro encendido (tampoco sé si D. Juan José fuma), su tacita vacía ya con la mancha seca, de estar casi una hora delante de él ya vacía, con el Moleskine abierto y doblado lleno de tachones, y su mente llena de pájaros, pájaros magníficos y miserables como lo somos las personas. Pájaros urbanos, casi siempre: la ciudad es un microuniverso suficiente: el mundo son las personas, y en la ciudad hay más variedad de la que se puede llegar siquiera a conocer. (Bendita y maldita Madrid.) Me lo imagino escribiendo en una suerte de tedio sabio como el de los maestros, pues Millás conoce el cómo, y regenera sin trauma el qué. (Sin embargo, de esto no estoy seguro: mientras redacto esta entrada, pienso que podrían trocarse estos dos parámetros, y que tal vez Millás conozca profundamente el qué y de vez en cuando, como delicado amante cambie el cómo.)

Al leer este pequeño librito en letra desmesuradamente grande, salido de no sé qué rincón de la biblioteca de mi padre, pienso que a este escritor hay que leerlo. Ninguno de los libros de Millás me ha defraudado. Todos me han hecho pensar. Como con los y las buenos/as amantes, con Millás te ríes al contacto con lo patético y más que con lo patético con lo pequeño. Es un inventor de una enorme imaginación, cosa que hoy día no es muy habitual: le encantan los supuestos-premisas a partir de los que empezar a fabular. Atentos a la jugada:

El adúltero compró para su mujer un secador de pelo y para su amante una liga roja, pero debido a una confusión inexplicable, puso en el árbol de Navidad de cada una el regalo de la otra. La esposa, que hacía footing y jugaba al tenis creyó que la liga era una de esas cintas que usan los deportistas para recoger el sudor de la frente, y la estrenó ese mismo día por la tarde, para salir a correr. La amante...

Así empieza "El secador y la liga", el segundo cuento del volumen. Es un comienzo tremendo.

Los cuentos de Millás, como sus novelas, huelen a realidad, a tristeza de la existencia, a vacío, a sinsentido (y podemos preguntar: "¿Por qué sigues escribiendo, Juan José, si esto no vale dos pimientos?"), a búsqueda inevitable y a consuelo raquítico (y podemos responder por él, a lo mejor acertando: "¡Aaaah, es que es lo que hay, lo único que hay!"). No son lo que más me ha gustado de cuanto he leído de él. Creo que construye las novelas con una cadencia magnífica, y que la concentración de significados que necesita un cuento no le es tan innata como la morosidad que usa en sus novelas, aunque tanto en estos relatitos como en las estampas comentadas que redacta en El País en los dominicales -si bien en ocasiones fuertemente políticas, porque a nadie escapa que Millás es fuertemente político- en cien palabras escribe toda una filosofía, pero tal vez no un mundo de ficción.

Una buena lectura, para quien pueda encontrarlo. Y, qué narices, para quien no lo consiga, que busque El orden alfabético, que es aún mejor.




2 comentarios:

lecturayescritura dijo...

Como siempre que leo los artículos del blog saco partido. Enhorabuena, el sitio web se ha convertido para mí en una referencia. Podré estar o no de acuerdo con algunos planteamientos pero siempre es enriquecedor leer los artículos colgados. Felicidades nuevamente, seguid así y animo a la gente a que participe con sus comentarios en este tipo de sitios educativos porque la verdad es que son de un valor enorme en esta época de internet.
Ánimo y suerte con las publicaciones, os seguiré

El cuentacuentos dijo...

Se agradece el comentario. Aquí seguiremos.