Blog literario idiota de Andrés Nortes Martínez-Artero. Literatura y rock en vena. Y alguna cosa más

martes, 8 de abril de 2008

Deuda

Deuda

a mi amigo G


La amazona acomodó sus senos en su rústico bikini de cuero, abrió y cerró sus manos para ajustarse mejor los guantes con los que aferrar el arco que silbaba su canción de muerte. Resopló. Esperaba a las demás. El caballo piafaba. Estaba nerviosa. Hoy era el día, la sublevación: por fin le iban a pasar cuentas a su celoso dios, por fin podrían retozar y reír con los hombres.



(c) El Cuentacuentos




1 comentario:

Gustavo dijo...

Puede que el tiempo pase, que uno reconozca en su afición adolescente a las amazonas una fantasia sexual apenas disfrazada pero sigue siendo fantastico que se acuerden de uno. Gracias por el microcuento... y por tantos años, leñe!